miércoles, 11 de julio de 2012

Quiero ser patriota


Es una pena que la gente quite las banderas de las ventanas apenas ha acabado la Eurocopa. Yo me siento cada día más orgulloso de la enseña nacional, y la enseño con gozo, porque creo que ser español es un motivo de alegría no solo en tiempos de duelo futbolístico, sino siempre. Yo quiero ser un patriota español y, según decía Kennedy, ya no me pregunto qué puede hacer mi país por mí. Ahora soy yo quien quiere dar respuestas a la situación tan vergonzosa, tan lamentable, tan insidiosa a la que los malos mercados nos han empujado. Basta de queja, basta de indignación. Lo que importa es el sentido patrio; yo soy español.

No tuve la oportunidad, lástima, de servir a la ínclita Nación con mi esfuerzo y con mi sangre porque no soy lo suficientemente viejo. La Mili se me escapó y no pude demostrar a mis congéneres que a mí la cosa estatal me importa. Y me importa mucho.

Por eso, señores del Gobierno, banqueros insignes que nos defienden en el librecomercio que nos asfixia, políticos de todas las escalas imprescindibles para el manejo organizativo del Estado, les pido desde aquí que me dejen ser patriota. Que me dejen demostrar lo mucho que me importa España.

Hoy han seguido las reformas que Rajoy y sus muchachos no quieren hacer pero hacen, y me surgen, como me han surgido anteriormente, tantas dudas que obstaculizan mi vocación patriota:
  1. No soy funcionario, por eso no me afectan  las rebajas en el sueldo de los trabajadores públicos. ¿Por qué no bajan el salario de todos los trabajadores, privados y estatales, para tener más cash en el Banco de España? Está claro que el problema de liquidez en una familia se supera cortando el grifo de los hijos chupones. Hoy es momento de que todos arrimemos el hombro, seguro que los padres de esta familia saben mejor que nosotros cómo gestionar los ahorros de esta Nación milenaria.
  2. No me queda claro si quieren que compre cosas o no. Me dicen que he vivido por encima de mis posibilidades (serán muchos años de formación no necesaria, o visitas a las urgencias de los hospitales cuando no eran estrictamente imprescindibles), por eso ahora no sé si tengo que ahorrar, para volver a quedarme dentro de mis posibles, o gastar, para incentivar la economía. ¿Qué hago?
  3. Esa subida del IVA es poco social, creo que debería ser más proporcionada al fin que se persigue. Porque, si lo que se pretende es recaudar, ¿no debería subirse mucho más el tipo impositivo de los productos básico, como el pan, la leche y los huevos? Al fin y al cabo, en España se compra mucho más pan que Ferraris o Rolex... 
  4. Yo soy científico y tengo la conciencia de deberle mucho a España en formación, más de veinte años de maestros, profesores, institutos, universidades… Pero si me quedo en el paro, quizá lo mejor sea irme a Alemania, así mi desempleo no computará en las listas del Ministerio. Y no tendrán que pagarme ni el 50% de la prestación por desempleo que ahora no han podido eliminar.
  5. Con respecto a los bancos, creo que el mensaje que están lanzando igual no está claro del todo. Yo entiendo que, como lo que hay que hacer es garantizar la capitalización de los bancos (que no saquemos el dinero, para generar confianza en los mercados) y a la vez gastar lo más que podamos, el resultado de la ecuación es evidente: me tengo que hipotecar. Así gastaré y ahorraré a un tiempo.
 La tele me habla de la prima de riesgo y del interés del bono a diez años. Señores poderosos de España, no me líen. Yo hago lo que me digan. Y les estoy muy agradecido, porque al paso que vamos, estoy más que seguro que tendré mi oportunidad de servir a España con sangre, sudor y lágrimas. Como cuando la Mili, vamos.

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